domingo, 16 de abril de 2023

Normalización de relaciones fronterizas entre Venezuela y Colombia avanza a «paso lento»

 Experta asegura que normalización de relaciones fronterizas entre Venezuela y Colombia avanza a «paso lento»


CARACAS.- Danna Urdaneta, investigadora del conflicto social y armado en Colombia, paramilitarismo y nuevas guerras en la frontera colombo-venezolana y secretaria de investigación de la Fundación Escuela de Gobierno Mundo y Fronteras, opina que la normalización de relaciones entre ambos países avanza a “paso lento” pese a la apertura de los linderos comunes.

“El intercambio comercial (en San Antonio del Táchira y Norte de Santander) no supera el de Paraguachón en el estado Zulia, con Maicao en la Guajira”, destacó.

En entrevista a Eduardo Rodríguez en el espacio A Tiempo de Unión Radio, precisó que en Paraguachón este año el intercambio alcanzó los $86.9 millones y en San Antonio del Táchira apenas van por $24,4 millones, según la presidenta de la Federación de Agentes Logísticos en Comercio Internacional”.

A su juicio, “estas cifras denotan el panorama de cómo han avanzado a paso lento las relaciones comerciales hasta ahora”. 

Urdaneta considera que además del tema económico, los gobiernos centrales de ambos países deberían informar sobre el avance en materia política y de seguridad, como el paramilitarismo. “Ni siquiera en las declaraciones conjuntas realizadas hasta ahora se menciona la palabra paramilitarismo no se habla de paramilitarismo, ni se menciona la presencia de las autodefensas Frente Luis Orlando Padierna Peña del grupo paramilitar Autodefensa Gaitanistas de Colombia”.

“Se habla de lucha contra el narcotráfico (…) de la paz total y de la seguridad en la frontera pero no se habla de las causas que originan el conflicto ni de las nuevas guerras en la frontera colombo/venezolana”, subrayó.

Asimismo, destacó que no existe un acuerdo binacional por el desmonte paramilitar ni de la recuperación social de la frontera. “No se habla de inversión social”.

Considera que otro tema que preocupa es el de la migración “que tenemos por lo menos 2.5 millones de venezolanos en Colombia. Lo primero es regularizar a esos millones de venezolanos, que tengan los mismos derechos que tiene cualquier ciudadano colombiano”.

Advierte que “mientras no se resuelva la pobreza extrema” que es el caldo de cultivo de este conflicto con grupos paramilitares, narcotráfico y mafias que violan los derechos humamos, la migración va a seguir.

Añadió que uno de los temas del que habló el mandatario colombiano, Gustavo Petro, con su par venezolano, Nicolás Maduro, fue “la recuperación de las fronteras controladas por las mafias como objetivo común con Venezuela”.

“Por lo menos allí hay un paso que es el reconocimiento del conflicto”, enfatizó.

Insiste en que el gobierno venezolano debe asumir su responsabilidad en la búsqueda de la solución del conflicto.

Sonia Pomenta Llaña/Unión Radio

sábado, 25 de febrero de 2023

Estados Unidos y sus obscuros beneficios


En una maquiavélica jugada, el gobierno de Estados Unidos (EEUU) ha manipulado y engañado a todo el mundo con respecto a la guerra en Ucrania, con ayuda de su batería de medios de desinformación directos e indirectos.

Estados Unidos ha fabricado una guerra en la que pretende ejecutar 4 directrices transcendentales:

1.- Destruir la economía europea.

2.- Vender armamento bélico a Ucrania en cantidades inmensas. En un año, EEUU  gastó en Ucrania, más de lo que gastó en diez años en Afganistán.

3.- Vender gas a Europa un 40% más caro que el gas ruso.

4.- Ejecutando los tres anteriores se logrará su propia recuperación económica y mantener la hegemonía mundial.


Los europeos creen que en EEUU tienen un aliado, cuando en realidad "duermen con el enemigo".

¡EUROPEOS DESPERTAD!

La verdadera muerte de un presidente


A la hora de la batalla final, con el país a merced de las fuerzas desencadenadas de la subversión, Salvador Allende continuó aferrado a la legalidad.

La contradicción más dramática de su vida fue ser al mismo tiempo, enemigo congénito de la violencia y revolucionario apasionado, y él creía haberla resuelto con la hipótesis de que las condiciones de Chile permitían una evolución pacífica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa.

La experiencia le enseñó demasiado tarde que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno, sino desde el poder.

Esa comprobación tardía debió ser la fuerza que lo impulsó a resistir hasta la muerte en los escombros en llamas de una casa que ni siquiera era la suya, una mansión sombría que un arquitecto italiano construyó para fábrica de dinero y terminó convertida en el refugio de un Presidente sin poder.

Resistió durante seis horas con una metralleta que le había regalado Fidel Castro y que fue la primera arma de fuego que Salvador Allende disparó jamás.

El periodista Augusto Olivares, que resistió a su lado hasta el final, fue herido varias veces y murió desangrándose en la asistencia pública.

Hacia las cuatro de la tarde el general de división Javier Palacios, logró llegar hasta el segundo piso, con su ayudante el capitán Gallardo y un grupo de oficiales. Allí entre las falsas poltronas Luis XV y los floreros de Dragones Chinos y los cuadros de Rugendas [Mauricio] del salón rojo, Salvador Allende los estaba esperando. Llevaba en la cabeza un casco de minero y estaba en mangas de camisa, sin corbata y con la ropa sucia de sangre. Tenía la metralleta en la mano.

Allende conocía al general Palacios. Pocos días antes le había dicho a Augusto Olivares que aquel era un hombre peligroso, que mantenía contactos estrechos con la Embajada de los Estados Unidos. Tan pronto como lo vio aparecer en la escalera, Allende le gritó: “Traidor”, y lo hirió en la mano.

Allende murió en un intercambio de disparos con esa patrulla. Luego todos los oficiales en un rito de casta, dispararon sobre el cuerpo. Por último un oficial le destrozó la cara con la culata del fusil.

La foto existe: la hizo el fotógrafo Juan Enrique Lira, del periódico El Mercurio, el único a quien se permitió retratar el cadáver. Estaba tan desfigurado, que la Sra. Hortensia Allende, su esposa, le mostraron el cuerpo en el ataúd, pero no permitieron que le descubriera la cara.

Había cumplido 64 en el julio anterior y era un Leo perfecto: tenaz, decidido e imprevisible.

Lo que piensa Allende solo lo sabe Allende, me había dicho uno de sus ministros. Amaba la vida, amaba las flores y los perros, y era de una galantería un poco a la antigua, con esquelas perfumadas y encuentros furtivos.

Su virtud mayor fue la consecuencia, pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués, defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había de legitimar a sus asesinos, defendiendo un Congreso miserable que lo había declarado ilegítimo pero que había de sucumbir complacido ante la voluntad de los usurpadores, defendiendo la voluntad de los partidos de la oposición que habían vendido su alma al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que él se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro.

El drama ocurrió en Chile, para mal de los chilenos, pero ha de pasar a la historia como algo que nos sucedió sin remedio a todos los hombres de este tiempo, que se quedó en nuestras vidas para siempre.


Gabriel García Márquez

martes, 23 de febrero de 2021

Los Puentes de la Historia 200 años después

Por Carlos Tovar

La construcción de una emergente hegemonía cultural basada en la valoración de las luchas históricas de la nación venezolana y su incidencia en la conciencia colectiva de nuestro pueblo, han afectado los planes y apetencias imperiales del capitalismo mundial, siendo esta la razón fundamental para que Venezuela sea declarada como una amenaza inusual y extraordinaria.

La titánica autoridad moral y la inmensa labor comunicacional del Comandante Hugo Chávez Frías, lograron despertar en el imaginario colectivo de nuestros pueblos los fulgores del pensamiento bolivariano, activando en ellos su espiritualidad identitaria y el anhelo dormido y otrora derrotado, de luchar por la construcción de una patria grande, soberana e independiente, dislocando los planes expansionistas neocoloniales de un imperio en franca decadencia.

La doctrina del cambio de régimen por parte del gobierno estadounidense, implementada desde el año 1999, no ha escatimado recursos para financiar y ejecutar todas las estrategias de guerra multifactorial produciendo inmensos daños en la vida social, económica y humanitaria del pueblo venezolano pero, también ha permitido poner en evidencia la resiliencia patriótica de nuestro pueblo, en abierto contraste con el apátrida y torpe accionar de las fuerzas fascistas nacionales e internacionales.

El respaldo sistemático otorgado a la oposición venezolana por parte del gobierno norteamericano desde el inicio de la presidencia del comandante Hugo Chávez, deja como resultado un amplio expediente público, notorio y comunicacional de golpe de Estado, intentos de magnicidio, atentados y crímenes a dirigentes, sabotajes terroristas a los servicios públicos, insurrecciones (guarimbas) y ataques financieros que han dejado inmensos daños materiales y dolorosas pérdidas de vidas humanas.

En el año 2015 luego de obtener, mediante el transparente sistema electoral venezolano, un significativo triunfo en las elecciones para la Asamblea Nacional, la oposición inicia un proceso de desconocimiento de la institucionalidad del país, usurpando funciones de gobierno con la mirada complaciente de algunas naciones del mundo en un descarado intento por destruir el Estado Nación, utilizando el poder legislativo para solicitar el bloqueo comercial y financiero del país, facilitar la confiscación de innumerables activos y recursos económicos, sometiendo a nuestro pueblo a la mayor indefensión y privación de todos los derechos humanos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, llegando al extremo de solicitar, sin la menor vergüenza, la intervención de una potencia militar extranjera.

La vulgar y antidemocrática amenaza con la que toman acto de posesión las nuevas autoridades de la opositora Asamblea Nacional en enero de 2016, al fijar un plazo de 6 meses para tumbar al gobierno constitucional de la República, determinó su estrategia insurreccional que se manifestó en las criminales Guarimbas del año 2017, donde la barbarie y el caos fueron sus tácticas preferidas llegando al extremo de quemar vivos a venezolanos por su color de piel y su aspecto de parecer chavista.

Asombrosamente el mundo no se pronunció con la vertiginosa rapidez con que reaccionan frente al más torpe fake news atribuido al gobierno bolivariano o a nuestro presidente Maduro. Ante esta atónita indiferencia y en su condición de máximo líder y estratega de nuestra revolución, nuestro presidente obrero, sensible al dolor de su pueblo, convocó a una Asamblea Constituyente que exorcizó la conjura y le devolvió, abruptamente, la anhelada paz a la Patria de Chávez y Bolívar.

Ante tantas derrotas el ex embajador de EE.UU. en Venezuela William Brownfield señaló públicamente “En este momento la mejor resolución sería acelerar el colapso aunque produzca un período de sufrimientos mayor por un período de meses o de años” y basados en esta determinación promueven una diáspora migratoria, inducida para convencer al mundo de la urgente necesidad de una ayuda humanitaria (de pertrechos) para salvar al pueblo venezolano.

La invasión humanitaria

El 23 de febrero del año 2019 en este segmento territorial fronterizo, se conformó un estado mayor en perfecta unión civico, militar, policial, popular integrada por el Ejército Bolivariano, la Guardia Nacional, Milicia Bolivariana, Policía Nacional, Policia del Estado, Protección Civil, Ejército de batas blancas, Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Gran Polo Patriotico, JPSUV, Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios, Movimientos Sociales, Coordinadora Comandante Hugo Chávez, Colectivos Organizados de los Estados, Mérida, Lara, Trujillo, Portuguesa, Apure, Barinas, Zulia y Caracas, líderizado por integrantes de la Dirección Nacional del PSUV, librarón una batalla épica, una confrontación de la dimensión histórica de la Bicentenaria Batalla de Carabobo. Acá el pueblo cívico militar y policial una vez más. orientado por nuestro Presidente obrero Nicolás Maduro Moros y conducido por el Comandante Freddy Alirio Bernal Rosales, al calor de la arenga de la voz de mando inconfundible de nuestro eterno Darío Vivas, le propiciaron una contundente e histórica derrota a las hordas famélicas de bufones de la farándula mayamera, a la inmoral y corrupta dirigencia opositora y a las mal camufladas fuerzas del imperio invasor y sus gobiernos satélites.

La Batalla de los 4 Puentes fue librada por el pueblo venezolano contra un ejército camuflado, mimetizado y mediáticamente revestido de un barniz humanitario, conformado por una infantería de apariencia popular, una artillería mediática universal de alto contenido simbólico y dirigidos, en apariencia, por un nefasto y vergonzoso Estado mayor conformado por una legión de presidentes que al poco tiempo resultaron esbirros represores de sus propios pueblos y perritos falderos del imperio invasor.

Si la batalla de Carabobo selló la independencia de la patria en el siglo XIX, la Batalla de los 4 Puentes, en este siglo Bicentenario, ha sido el punto de quiebre político de la guerra multifactorial prolongada a la que ha sido sometido nuestro pueblo y sin lugar a dudas, esta honrosa victoria demolió la estrategia conspirativa y violenta de la ultra derecha nacional e internacional y le ha permitido a la oposición nacionalista y patriótica, deslindarse de una dirección mercenaria y pro imperialista para asumir la lucha política en el marco constitucional de la Democracia Protagónica y Participativa.

Hoy, a dos años de ese magno acontecimiento y al calor de la recuperación del poder legislativo nacional en legítimas elecciones por parte de las fuerzas bolivarianas, se abre una nueva etapa donde el pueblo venezolano y en especial el pueblo tachirense, se alzan victoriosos como muro de contención en defensa de la soberanía nacional y se hacen protagonistas en la reconstrucción de las nuevas relaciones sociales y políticas, para consolidar el nuevo bloque histórico patriótico que permita denunciar y derrotar las medidas coercitivas y unilaterales, contener la pandemia, recuperar nuestro Esequibo y garantizar la paz para la plena felicidad de nuestra Nación Bolivariana.

Hoy nuestra pacífica patria y todos los movimientos sociales conminamos al concierto de las naciones a hacer una lectura objetiva de nuestra realidad política, despojada de la visión parcializada de una mediática intervencionista que ha exacerbado la animadversión hacia un pueblo que solo reclama su derecho inalienable a construir su propio modelo de desarrollo, su democracia protagónica y participativa y su derecho a ser protagonista de su destino.

Gritamos ante el mundo civilizado que sólo aspiramos a construir un Estado de justicia y de derecho para asumir la orientación que nuestro libertador Simón Bolívar hiciera en su brillante discurso al Congreso de Angostura “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. 
 
San Antonio del Táchira
Febrero Rebelde 23/02/2021
PSUV - TÁCHIRA 

La batalla de los 4 puentes: la historia los absolverá



"Cada piedra lanzada era un misil cargado de dignidad".

En la historia de la humanidad, los puentes, en su mayoría, han estado ligados a situaciones de guerra. Los puentes sirven para unir extremos, para invadir. Desde el punto de vista estratégico se convierten en objetivos muy importantes para decidir el destino de una batalla o de una guerra. Un pasaje reciente, ya hecho histórico, ocurrido el 23 de Febrero de 2019, quedó signado como decisivo para determinar el destino de nuestro país, de nuestro proceso revolucionario:

La batalla de los 4 puentes, dos fuerzas enfrentadas: 

La Patriota y la anti Patria

La fuerza enemiga pretendiendo invadir la tierra Bolivariana bajo el pretexto de ingresar la llamada "ayuda humanitaria," una banda conformada por mercenarios montó como abreboca un concierto musical que denominó Venezuela AID live (por Venezuela ayuda y libertad), un show que pretendía recolectar 100 millones de dólares para financiar parte de la guerra.

El rechazo a la fuerza invasora daría una sensación de caos, lo que motivaría el ingreso formal de la la tropa gringa. Dicha patraña de ayuda humanitaria contaba con el apoyo del narco gobierno de Ivan Duque, más la comparsa de la OEA de Almagro y los gobernantes satélites de Trump (Brasil, Perú, Ecuador, Paraguay).

Como oposición al concierto mampara de la invasión montado en la fronteriza Cúcuta, en tierra Bolivariana se montó el concierto Trump, saca tus manos de Venezuela, haciendo un llamado a La Paz y contra el fascismo.

Cuatro frentes de batalla abrió el enemigo:

1. El puente Simón Bolívar en la zona de Villa del Rosario, norte de Santander, coordinado por el diputado opositor José Manuel Olivares.

2. Puente binacional Tienditas, comandada por el experto salta talanquera Ismael García.      

3. Puente internacional Francisco de Paula Santander, entre Cúcuta y Ureña, bajo la responsabilidad de la opositora y hoy prófuga de la justicia Gaby Arellano.
                                  
4. Puente Unión, en Puerto Santander, coordinado por Omar Lares.
                                     
El río corre por debajo de los puentes, por encima vienen las hordas fascistas con su carga de odio y su intento de cubrir de sangre el suelo patrio, venían disparando sus balas de traición, balas mercenarias.
                        
El Clarín de la Patria llama, responden los patriotas con piedras de dignidad y con valentía sin límites terminan por imponerse, la fuerza cívico militar bajo la consigna de no pasarán ¡Las bandas fascistas no pasarán! la Patria no se vende, la Patria se defiende.

Triunfo ante la fuerza invasora liderada tras bastidores por el imperial Trump y sus acólitos falderos de la OEA y los apátridas opositores que un mal día nacieron en Venezuela.
 
¡Honor y gloria a los patriotas que ingresaron en las páginas de la historia patria!

Víctor José Machado Martínez
22/02/2021

23 DE FEBRERO 2019: LA SEGUNDA DE CARABOBO

Por Eduardo Marapacuto/Edith Guerrero Lugo


El año pasado escribimos "23 de febrero: La Batalla de los cuatro Puentes en Defensa de la Soberanía de la Patria", hoy queremos reescribir ese primer análisis y lo hemos titulado "23 de febrero de 2019: la Segunda Batalla de Carabobo". Consideramos que así como es reconfortante reencontrarse con el pasado y los hechos trascendentales de la vida y la historia, también es vital encontranos de frente con el presente, por que si en algo debemos estar claros todos los venezolanos y venezolanas es que la situación que estamos viviendo es fuerte y complicada, que durará hasta que logremos derrotar –por cualquier vía– este cruel bloqueo económico, financiero y comercial por parte del gobierno de los EE.UU, que a pesar de haberse producido un cambio de administración con un nuevo presidente, toda la agresión sigue intacta y remando, como para que no olvidemos que el imperio es el imperio y el enemigo es el enemigo. De allí que hay que seguir batallando todos los dias, y los que no creen en esta revolución, los que no tienen el valor de creer en la fuerza de la verdad y defender sus ideales, los que no tienen confianza en sí mismos, deben abrirse a un lado para que la causa revolucionaria siga su rumbo hacia las llanuras infinitas del destino de la patria. Consideramos que el auténtico revolucionario comprometido con este país, debe ajustarse a las razones de la revolución y jamás prestarse para obstruir el flujo dinámico de la misma, ni tampoco limitar su propia participación a la mera crítica desde la perspectiva de la pasividad o del "mojón mediático", tal como lo dijo de manera certera el camara Earle Herrera, para referirme a esos posicionamientos.

El 23 de febrero de 2019 quedará grabado en la historia como el día cuando el pueblo venezolano se echó "el miedo a las espaldas para salvar a la patria". Esa fecha marca un momento cuando un ala extrema de la oposición venezolana, junto al peligroso imperio norteamericano y otros países lacayos y aliados de la maldad, parecían haber surcado el cielo con sus amenazas de fuego pesado, ocultas tras el artificio de la "Ayuda Humanitaria".

Las intenciones eran rastreras y ardieron encima de las cargas de odio, dejando el humo negro con el olor del desencanto. En tanto, los rastrojos se movían por debajo del puente, donde se dieron fuertes escaramuzas, para ser finalmente derrotados en sus intentos perversos.

A dos años de esa fecha heroica del 23 de febrero de 2019, decimos que cuando un pueblo adquiere la conciencia revolucionaria puede confiar en su porvenir, porque precisamente, esa conciencia es la más poderosa energía que la conduce hacia el equilibrio de todas las fuerzas y el potencial nacional. Por eso expresamos que los destinos de un pueblo requieren ser contemplados en su heroísmo y en sus acciones permanentes. No son estos tiempos para la confusión, el abatimiento o la desorientación, sino para levantar la voz de la resurrección soberana y la independencia.

Han pasado muchas cosas desde aquella fecha, sobre todo que el gobierno de los Estados Unidos ha desatado una tempestad de fuego sobre Venezuela y en medio de ese trágico espectáculo, todos contemplamos con dolor, la violación de todos nuestros Derechos como nación y de todos los Principios del Derecho Internacional; violaciones constadas por la Relatora de la ONU y plasmadas en su informe contundente. Precisamente, ante todas esas agresiones, ha llegado la hora de unir todas nuestras energías en un solo sentimiento y una misma aspiración: Trabajar por la grandeza y bienestar de la patria.

De verdad, en estos momentos hay que tener criterio de certidumbre y claridad en las convicciones, porque es la lucha y no la pasividad la que construye el carácter de los pueblos. Son los convencimientos los que forman una personalidad armoniosa y fecunda, intensa en el esfuerzo y serena en la satisfacción del deber cumplido. Nosotros no tenemos huellas de sangre manchada, sino de justicia y libertad. Esa es nuestra historia y nuestra verdad, que se compone de victorias y sueños; pero hoy en día Venezuela tiene un destino histórico que cumplir y no es otro que concentrarse en la reafirmación de Carabobo. De allí que debemos adentrarnos en el pensamiento y la acción liberadora, en los terrenos de la realidad y cada vez que se dupliquen los obstáculos y las fuerzas contradictorias nos impidan el avance, también nosotros redoblemos el combate, donde nuestra ofensiva tiene que ser activa; por eso es importante la unidad de todas las fuerzas, porque las revoluciones triunfan cuando el pueblo es su aliado.

La luz de la razón y la libertad de la palabra nos llevan a decir que Venezuela está sentenciada a ver triunfar un porvenir luminoso, pero para llegar hasta allá, hasta esa meta deseada, todos debemos avanzar seguros por los caminos de la verdad, donde la conciencia revolucionaria sea la fuerza que señale la dirección hacia nuestro verdadero destino. No está demás decir que la revolución venezolana tiene ojos, tiene manos, tiene alma y espíritu; pero son los pueblos los que le dan vida con sus soplos de ilusiones. Solos y desunidos seríamos como las noches sin luna que se pierden en la inmensidad de los deseos e intenciones. No olvidemos que somos un pueblo digno que sigue el camino hacia el glorioso porvenir y con el esfuerzo de todos los revolucionarios y revolucionarias podemos alcanzarlo. Debemos ser perseverantes en los propósitos, leales en el compromiso y consecuentes en la conducta. Nada de distracciones. Como hijos de esta tierra debemos estar las veinticuatro horas del día, con el pensamiento puesto en la defensa de nuestra patria. Debe ser el punto focal del compromiso y el justificante de la más absoluta lealtad.

Este 23 de febrero, al cumplirse dos años de la Batalla de los Cuatro Puentes, decimos que las coordenadas de la vida nos indican que vamos avanzando por el camino correcto de la historia y en tanto y en cuanto y por lo mismo y tanto, debemos exaltar el patriotismo de esa fecha y manifestar este entusiasmo y alegría por todos los rincones de la República. El camino ha sido escabroso, pero hoy señalamos con mucha seguridad que no estamos en una encrucijada, porque más que un destino, el pueblo revolucionario escogió una dirección. La Revolución Bolivariana está en la consciencia de los venezolanos y venezolanas, y en los pueblos del mundo.

Estamos iluminados por la antorcha de la razón y la verdad, cimientos donde el pueblo venezolano y el gobierno revolucionario no solo han buscado y mantenido la paz por todos los medios, sino que también estamos resueltos a defendernos como nación. Recordemos que somos un pueblo revolucionario, después y siempre; por lo tanto, nuestra determinación es tenaz, que nos hace perseverar en el propósito para seguir siempre adelante. No tenemos duda, que nuestro país está obligado a seguir su marcha, su misión y su destino; por tanto, estamos obligados a defendernos, hacer frente a las circunstancias y luchar para no caer en la agonía de los tiempos. A los revolucionarios y a toda la sociedad venezolana nos une un lazo común: la patria. Y todos como un solo cuerpo debemos estar preparados para defenderla y colaborar siempre con la victoria, porque si bien es hermoso morir por la patria, también es hermoso tener una patria por la cual luchar y vivir. En ese sentido, los tiempos presentes reclaman el esfuerzo máximo de cada uno de nosotros, donde el compromiso no tiene horas, ni depende de los entusiasmos, las tristezas o de otras circunstancias.

Sabemos que las intenciones del imperio norteamericano son tomar por asalto a nuestro país para someterlo, robarle y expropiar sus riquezas; entonces el pueblo venezolano debe aferrarse a los planes de la revolución y ponerse al amparo de los ideales de nuestros libertadores. Nunca se debe bajar la cabeza ante ninguna resolución tomada por cualquier imperio, porque ningún país, ni nadie tiene el derecho de imponer gobiernos aquí, al menos que sea el de nosotros mismos. Además, debemos estar conscientes que hacer una revolución es una obra de enorme esfuerzo y responsabilidad; de allí que debemos constituirnos y organizarnos en el marco de un gran poder colectivo equilibrado y en armonía, donde el antagonismo no exista entre nosotros. Tenemos que construir la verdadera unidad de conciencia y de acción, que al final nos dará la victoria, porque hemos elegido bien los medios: el diálogo, la paz y la Constitución; lo que significa que estamos en la ruta correcta de la historia.

Hoy más que nunca Venezuela es una nación que define su destino en la senda del compromiso, la lucha y el combate por la libertad. Como el Ave Fénix, resurgimos y renacemos de las cenizas para vencer las dificultades. De allí que es necesario insistir en las dimensiones de esta lucha que libramos contra el imperio norteamericano y contra los traidores internos; precisamente, para preservar nuestra libertad y consolidar el proyecto socialista. Debemos conocer los planes hostiles de los enemigos, las conspiraciones y los tiempos urdidos contra nuestra patria. Debemos conocer nuestros puntos deficientes y débiles, pero también nuestras fortalezas para alcanzar un nivel muy alto de lucha que nos asegure la fuerza para vencer. Jamás debemos rendirnos. Hay que seguir el ejemplo de los hombres y mujeres que ese día defendieron la dignidad de este noble pueblo. Nosotros debemos persistir en esta lucha histórica de defensa de la patria, retomando el camino que nos trazaron nuestros libertadores a través de la acción revolucionaria sincera y auténtica. No olvidemos que el grito de libertad es como un rayo que atraviesa raudo el firmamento de la patria.

Finalmente, decimos que somos un pueblo vivo y fuerte, que no se rinde ante las circunstancias, sino que lucha porque ama la vida y quiere vivirla plenamente.

San Cristóbal, 23 de febrero de 2021

sábado, 20 de febrero de 2021

¿"Vaselina" Biden?

Por Vladimir Acosta
Febrero 17, 2021


En estos días, Joe Biden ha comenzado a hacer público sus planes de política internacional. Se nota que esa política intenta recuperar en lo posible el dominio imperial de Estados Unidos sobre el planeta, debilitado seriamente en los cuatro años del desastroso gobierno de Trump, producto de sus errores, arrogancia, despliegue de insultos, bombardeo diario de amenazas, bloqueos económicos y sanciones criminales contra medio mundo.

Ya he dicho que se trata en lo esencial de regresar a la hipócrita política de Obama, pero como después del desastre de Trump todo se ha vuelto más difícil, dada la profunda crisis en que se encuentra hundido su país, Biden debe combinar, como gusta su partido, y más aún en este caso, lenguaje diplomático con amenazas veladas, todo ello acompañado de esbozos de agresión militar, para mostrar que, aunque dispuesto otra vez a conversar, al menos con los grandes y poderosos, Estados Unidos sigue siendo el amo del mundo, el país indispensable, y que por ello no acepta ambigüedades ni dudas al respecto.

Así, para el que no se someta a su hegemonía, más temprano que tarde habrá amenazas, sanciones y violencia. Y los aviones, misiles, drones, acorazados y marines, o mercenarios, que es lo que se prefiere ahora, estarán como siempre listos para actuar (empantanándose en otra criminal guerra sin salida). Dicho en forma gráfica, se trata de sonreír, de no insultar; de copiar lo que en otro plano se hace con la vaselina, cuya conocida propiedad es que puede engrasarlo todo con suavidad facilitando las penetraciones. Se busca no pasar de moderadas amenazas verbales que puedan ser absorbidas sin queja por sus receptores como parte del mensaje imperial, apoyado a cierta distancia en los usuales despliegues de armas y tropas, mantenidos en la retaguardia, pero siempre al alcance de la vista.

Lo principal para Biden es redefinir la política de Estados Unidos frente a sus dos principales rivales: Rusia y China. Pero en esto el maquillaje no funciona porque él se mantiene en la torpe trampa de querer enfrentar a ambos juntos. Trump fue al menos coherente en esto: trató de suavizar la relación con Rusia, envenenada por los demócratas, para centrarse en su feroz guerra de sanciones contra China. Pero Biden también fracasa porque les habla además a los dos países de mejorar relaciones siempre que se sometan a su discurso falso y agotado en el que Estados Unidos sigue pretendiendo ser no sólo dueño del mundo sino paradigma de democracia y de defensa de esos derechos humanos que es el primero en pisotear. Parece no entender que se enfrenta a dos países grandes y poderosos que no aceptan más amenazas ni atropellos de ese decadente Imperio.

A Rusia vuelve a reclamarle sin base interferir en las elecciones estadounidenses y además violar derechos humanos. Rusia le ha respondido poniendo las cosas en su sitio. A China le reclama abusos económicos, robo de propiedad intelectual y violación de derechos humanos. Y China le responde diciéndole que se ocupe de sus problemas y se cuide de seguir interviniendo en el Tibet, Xinjiang y Hong Kong, que son parte de China, como también lo es Taiwan, y que ha decidido impedir la presencia amenazante de sus naves de guerra en el Mar del Sur de China.

Es que el Imperio no cambia ni puede cambiar. Su lenta pero imparable decadencia lo vuelve más agresivo. Y hace una semana el general Charles Richards, jefe del Stratcom, el Comando estratégico de Estados Unidos, publicó un artículo diciendo que su país debe prepararse pronto para una guerra nuclear contra Rusia y China. Y el Pentágono afirma que comparte esa idea. No tengo forma de evaluar su validez. Pero es algo a tomar en cuenta. Y es que todo este tema merece un análisis que exige más espacio. De modo que lo haré en un próximo artículo.

Donde sí podría marchar el maquillaje es en Europa. Ésta ha mostrado que descartó hace tiempo la idea de ser una alternativa geopolítica. Gobernada por derechas dóciles al Imperio, acusan de todo a Rusia y aceptan la hegemonía estadounidense. A cambio de su servilismo, sus gobiernos solo piden que no se los humille, al menos en público, como hizo en forma brutal Trump. Y eso coincide con lo que Biden quiere hacer. Empero, hay problemas, y en el fondo un sordo descontento. Igual que Trump, Biden quiere forzar a Europa a descartar el gas ruso que tanto le conviene, para comprar el más costoso gas estadounidense, dejando sin concluir el gasoducto Nord-Stream 2, algo que Alemania rechaza. La vaselina tiene límites. El Imperio va a presionar; y no olvidemos que más de la mitad de sus bases militares se hallan en Europa, empezando por Alemania.

En el caso de Israel y Palestina apenas es posible el maquillaje. Biden no puede hacerlo ni le interesa. Su gobierno es tan sionista y defensor de Israel y de sus crímenes como lo fue el de Trump. Es que el poder estadounidense depende de Israel. Casi todos los altos funcionarios de Biden son sionistas; y su dependencia empresarial del sionismo es plena, destacando la que mantiene con Black Rock y sin olvidar que Biden mismo es católico sionista y el marido de la vicepresidenta un sionista conocido. La sola diferencia con Trump es que Biden ofrece limosnas a los palestinos y les hace envaselinadas promesas tan mezquinas como engañosas. De modo que lo acordado entre Trump y Netanyahu no se toca.

Dice Biden querer volver al Tratado antinuclear de 2015 que Irán firmó con Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, y que, pese a la oposición de Europa, Trump denunció sin base alguna para servir al interés de Israel y sancionar a Irán. No será fácil volver, pues Irán, tras esperar dos años y ver a Europa aceptar la voluntad imperial de Trump, reanudó el enriquecimiento de uranio. Biden ha nombrado un representante suyo defensor del acuerdo, pero su soberbia y sujeción a Israel lo llevan a exigirle a Irán detener su enriquecimiento a cambio de nada, lo que éste con razón no acepta por haber sido el único país que respetó el Tratado mientras Trump lo sancionaba sin razón y los cobardes europeos se rendían a la voluntad del amo. Aquí no cabe maquillaje, pues Biden quiere imponer su voluntad imperial a Irán y no osa disgustar a Israel. Irán no cede, él tampoco. Todo se paraliza, y el Imperio aprovecha para cruzar los cielos del Medio Oriente con sus bombarderos y mostrar un acorazado suyo en el Estrecho de Ormuz. La amenaza imperial está presente y, de darse el acuerdo, parece que no será de inmediato.

Con Cuba, tampoco Biden lo tiene fácil. Obama embolató a los cubanos con su visita y sus promesas, pero Trump se encargó de agredir y bloquear a Cuba llegando hasta a volver a declararla terrorista. No es fácil volver atrás, y Biden necesitará mucha vaselina para lograr algo. Y de paso, imitando en esto también a Obama, haciéndolo para intentar separar a Cuba de Venezuela.

En el caso de Venezuela sería difícil hablar todavía de maquillaje. Hasta ahora solo hay ambigüedad y contradicciones entre el lenguaje y la conducta del gobierno estadounidense. Se menciona sin mucha precisión la posibilidad de que el gobierno Biden, mientras sigue reconociendo como presidente al títere de Trump que es también títere suyo, quizá negocie con el gobierno venezolano aligerando con vaselina algunas sanciones. Sin embargo, hasta ahora lo real es que el Secretario de Estado Blinken reitera su amenaza de endurecerlas mientras Biden guarda silencio. Y en medio de todo, especulaciones en la prensa imperial sugieren que quiere restar protagonismo mediático al tema de esas criminales sanciones contra nuestro país antes de intentar suavizarlas, no se sabe a qué precio.

En fin, parecería que lo que el Monstruo tiene para Venezuela es vaselina rancia.

Normalización de relaciones fronterizas entre Venezuela y Colombia avanza a «paso lento»

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