jueves, 27 de junio de 2019

Los daños sociales de la desinformación


Desinformar no sólo es suspender la “transmisión” de “datos”, es también sepultar un canon social informativo obligatorio. Es reducir el acto de informar al capricho convenenciero de los fabricantes de “noticias”
No se tipifican ni penalizan, con los rigores éticos o jurídicos más obvios, los daños que produce la desinformación y que son siempre muy severos contra el tejido social todo, ocurran donde ocurran. No hay atenuantes. A estas alturas de la historia la agenda temática indispensable para cualquier sociedad no es un misterio ni un enigma indescifrable. No hay territorio en el planeta que no tenga urgencia de saber qué pasa (verdaderamente) con la economía, no como la trama de negociados procaces culpables de la miseria sino como la realidad cruda y dura del paradero de las riquezas producidas por los trabajadores. Y sobre eso reina la inanición informativa. No hay territorio que no requiera saber, con nitidez escrupulosa, qué hacen los “políticos”, no por el entramado tóxico del trafico de influencias, favores u odios entre ellos, sino por la calidad y la cantidad de los problemas sociales que deben atender bajo mandato democrático. No hay palmo de planeta que pueda confiar en su estructura social sin conocer la dinámica completa del avance de sus derechos y sus responsabilidades frente a la complejidad misma de su dialéctica histórica, en las ciencias, en las artes, en la conflictividad y principalmente en la evolución de sus luchas, todas y cada una, en el espectro complejo de las conductas en comunidad. Y eso es de lo que más se silencia y tergiversa. Desfigurar los hechos es también desinformar. Hace mucho tiempo, en los métodos y los instrumentales científicos de la producción informativa, dejó de tener valor la excusa de la ignorancia. Lo que se publica –o lo que se silencia– tiene la marca de los grupos de “inteligencia”, públicos o privados, que operan dentro y fuera de los medios de información. Ahí se cuecen los datos, su extensión, su profundidad, su calidad y su cantidad. Ahí se definen los temas y se define el “canon” informativo obligatorio que una sociedad requiere para su desempeño cotidiano. Pero, bajo el capitalismo, que ha convertido la información también en mercancía, secuestrada para tribulaciones políticas o mercenarias, el “canon” (el conjunto mínimo obligatorio de información) no obedece a la producción social de conocimiento colectivo sino a la lógica de la ignorancia de mercado.
Tal “canon” y su dialéctica histórica, son hoy una referencia ineludible para medir la calidad y cantidad de la producción, la distribución y la interlocución con la información ofertada. Hay perfiles etarios, de género, de oficio, de orientaciones políticas, estéticas o científicas. Hay datos, poblaciones suficientes, relevamientos geográficos, climatológicos económicos, políticos y culturales abundantes, como para proveer a las sociedades enteras con informaciones pertinentes, oportunas, amplias y críticas. Sin excusas, sin pretextos y sin omisiones. Y, sobre todo, proveer al “canon” con verdad científica, diversa, rica, consensuada y enriquecida permanentemente. Hay métodos avanzados para garantizarlo a pesar de que la niebla de mediocridad y servilismo que cubre a la mayoría de los “medios” no permita que se conozca la fuerza de la ciencia al servicio de la información social cotidiana.
Desinformar no sólo es suspender la “transmisión” de “datos”, es también sepultar un canon social informativo obligatorio. Es reducir el acto de informar al capricho convenenciero de los fabricantes de “noticias”. Es redactar corpus cercenados, al antojo de una ofensiva contra la consciencia de los interlocutores, para entregarles una visión (o noción) de la realidad deformada, desfigurada, desinformada. Es un fraude de punta a punta. No es una “omisión” más o menos interesada o tendenciosa… no es una “falla” del método; no es un accidente de la lógica narrativa; no es un incidente en la composición de la realidad; no es una “peccata minuta” del “descuido”; no es una errata del observador; no es miopía técnica ni es, desde luego, “gaje del oficio”. Es lisa y llanamente una canallada contra el conocimiento, un delito de lesa humanidad. Es como privar a los pueblos de su Derecho a la Educación.
A estas alturas de la historia y, especialmente de la historia de los “medios de comunicación”, es insustentable e insoportable cualquier escusa para informar oportuna, amplia y responsablemente. No hay derecho que justifique la acción deliberada de silenciar lo que ocurre y, en el poco probable caso de que un medio de información no se entere de los que ocurre, ese medio realmente no merece respeto alguno. La excusa de “no saber”, de “no conocer”, de “no tener información” para, por ello, no asumir la responsabilidad profesional y ética que le compete a un medio informativo… es francamente sospechosa y ridícula. ¡Renuncien! Ningún pueblo debería soportar la ineficiencia inducida de un medio, concesionado por tal sociedad, para el ejercicio profesional y obligatorio de transmitir la información que es propiedad social. Hay tecnología y metodología suficientes que invalidan toda palabrería esmerada en excusar las intenciones míseras de los que desinforman. Incluso si lo hacen mintiendo con emboscadas finamente elaboradas en laboratorios de guerra psicológica.
Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” Declaración Universal de los Derechos Humanos. A la vista de todas las canalladas inventadas por el capitalismo para violar el legítimo derecho de los pueblos a la mejor información evaluada ética y científicamente por las sociedades, bien vendría instruir una revolución jurídico-política hacia una nueva Justicia Social irreversible que tuviera como ejes prioritarios los que competen a la Cultura y a la Comunicación como inalienables. O dicho de otro modo, que nunca más la Cultura, la Comunicación ni la Información puedan ser reducidas, retaceadas ni regateadas por el interés de la clase dominante contra las necesidades de las clases oprimidas, impunemente.▪

Fernando Buen Abad Domínguez
Dr. En Filosofía
@FBuenAbad

miércoles, 26 de junio de 2019

Hay que cantar y profundizar la revolución


¡Juntos todo es posible!

Ojalá que la vida se vuelva vida y nos alcance la voz para cantar y defender la Revolución
en cada amanecer y en cada rincón de nuestra amada patria Venezuela.

Que nos unamos todos para proteger la dignidad de nuestro pueblo y se levante la voz de la Justicia para luchar contra las fuerzas del mal que en estos momentos pretenden pisotearla.

Que nuestras fuerzas resistan para desterrar el odio y derrotar el imperialismo, que anda sembrando el miedo en nombre de la libertad.

Hay que parar esta arremetida del imperio y sus lacayos. Hay que detener esta locura del alma irracional de la derecha,
que esconde propósitos oscuros para engrandecer su ego de maldad.

Que  todos  los revolucionarios,
hombres y mujeres de este gran país, que los líderes políticos, religiosos y económicos se unan a este llamado de la revolución y que las instituciones del Estado combatan con firmeza la violencia y la guerra económica, y juntos construyamos una nación plena de felicidad y bienestar.

Que nuestro pueblo defienda
el proyecto revolucionario y el legado de Chávez. Que la violencia y la guerra contra el pueblo sean finalmente derrotadas por los lazos de la amistad, el amor y la paz. Que nuestra patria se contagie de alegría y sonría en cada amanecer de la vida. No nos hagamos eco del dolor y la muerte que pretenden sembrar los enemigos de la patria. Unidad, fe y compromiso es lo que se necesita para defender la vida y la dignidad de nuestra amada patria.

Nada de silencio. Salgamos seguros y firmes para elevar
la voz de protesta y denunciar al imperio criminal.

Ojalá que la vida tenga fuerzas
para enfrentar a los malvados. Ojalá que la Justicia Divina se encargue 
de quienes –en nombre de la libertad– pretenden acabar con la vida de esta patria.

Finalmente, profundicemos la Revolución…

¡juntos todo es posible!  
              

Prof. Eduardo Marapacuto

Politólogo

eduardojm51@gmail.com
San Cristóbal, lunes 9 de junio de 2019

martes, 25 de junio de 2019

Leer es un acto político de resistencia y libertad


El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva,  quien cumple 416 días preso, afirmó que leer es un acto político, de resistencia y libertad, en una carta enviada al Stalón del Libro Político en São Paulo:

"La lectura es un acto político, no es casual que nuestros adversarios, al mismo tiempo que intentan criminalizar la política e impedir toda forma de activismo, atacan con tanto odio el saber y el conocimiento, quieren más armas y menos libros. Quieren más  jóvenes presos y abatidos por disparos de helicópteros, que con acceso a la enseñanza pública de calidad, dispararon su artillería pesada contra la educación en su conjunto, y la universidad en especial, agreden la ciencia, estrangulan la investigación.

Leer es resistir. Y nosotros resistimos en las trincheras cavadas con tanta garra y tanto cariño por gente como Paulo Freire, Darcy Ribeiro, Anísio Teixeira y cada profesora y cada profesor anónimo de este país, que nuestros adversarios intentan inútilmente destruir. Y nosotros resistimos, porque la vida nos enseñó, y porque aprendemos con nuestros maestros.

Nuestros adversarios odian el hecho de haber creado más universidades e institutos tecnológicos que todos los que gobernaron antes que nosotros. Distribuimos becas de estudio, garantizamos acceso al crédito estudiantil y colocamos jóvenes negros y pobres en la enseñanza superior como nunca antes en la historia. Creamos políticas públicas de acceso al libro y a la lectura y esparcimos bibliotecas fuera del país.

La educación ha sido y será siempre nuestra mayor riqueza y nuestra principal forma de resistencia. Es por eso que nuestros adversarios se sorprenden y se asustan cuando una juventud esclarecida llena las calles en defensa de la educación, luchando contra los retrocesos de un gobierno que tiene al pueblo brasileño como su principal y más temido enemigo.

Leer es ser libre. Hace más de un año estoy preso por el "crimen" de soñar y trabajar por la construcción de un país donde un padre de familia ya no estaba obligado a elegir entre comprar un pan o un cuaderno para sus hijos. Cuando una madre de familia no tuviera que partir un lápiz en el medio para que sus hijos pudieran estudiar. Por ese "crimen" estoy preso, y, sin embargo, más libre que nunca, gracias a los libros y a la lectura.

En estos 13 meses de casi soledad –salvo  las visitas de parientes y amigos y el cariño de la incansable vigilia en la puerta de la cárcel en Curitiba– he leído muchos libros. Cabalgué con Riobaldo y Diadorim por las praderas del gran sertão de Guimarães Rosa. En el extraordinario romance, "Un accidente de color" de Ana María Gonçalves, crucé el Atlántico en barco negrero al lado de Luisa Mahin.

Me he volcado más a la ficción y a los libros llamados políticos. Pero desde que leer es un acto político,  un libro de poesía, romance, cuentos, filosofía, sociología, economía, arte o ciencias políticas,  es un libro político.

Pero es al libro propiamente político, razón de ser de este Salón, que quiero saludar ahora. Es principalmente gracias a los libros que, cuando la justicia sea restaurada en este país, saldré de la prisión sabiendo más que cuando entré.

¡Un abrazo a todos y todas, y viva el libro!

Luiz Inacio Lula da Silva

Decálogo del buen vecino


1. Participa y colabora.
¿Qúe sabes hacer? 
Ponte a la orden de tu comunidad y ofrece tus conocimientos. Trata de ayudar gratuitamente. Infórmate si hay alguna campaña de mantenimiento o iniciativas en tu comunidad, incorpórate y contribuye.  No es importante ser el primero o quien tome la iniciativa, pero es igualmente importante ayudar y respaldar las iniciativas valiosas.

2. Cuida al máximo las áreas comunes.
Todo cuesta muchísimo y todo escasea. Reponer algún equipo o pieza es practicamente imposible. Por tales motivos, las áreas comunes deben ser utilizadas de la mejor forma. En estos tiempos es mejor no ensuciar que limpiar.

Procura mantener el frente de tu casa aseado, la jardinería, recoger las hojas y porque no, ayudar a tu vecino a mantener el suyo limpio.  Muchas personas en edad avanzada no pueden hacer ciertos trabajos y ayudarles de vez en cuando no está de más. 

Hoy por mi, mañana por ti.

3. Ahorra el consumo de agua.
El servicio de agua potable es para todos y en la mayoría de los casos, proviene de un mismo acueducto. En la actualidad hay serios problemas con su suministro. No dejes grifos o sistemas de riego abiertos en el jardín sin necesidad.  Revisa y repara las fugas de agua que puedas tener en tu casa o jardín.

Trata de ahorrar agua cuando te asees y cocines. De esta forma el agua rendirá más y aumentará la disponibilidad para todos.

4. Paga puntualmente las cuotas de las obras e iniciativas que involucren gastos comunes.
Desde cambiar un bombillo, servicios de vigilancia, sistemas de acceso por control remoto, etc. todo cuesta dinero.
Es por tu bien y por tu seguridad. 

Pagar una mensualidad resulta difícil, por lo que pagar dos se te hará mas complicado, toma tus previsiones. 

Recuerda que el pago puntual es una de tus primeras obligaciones. 

Si no puedes pagar en su totalidad, aporta con lo que puedas, pero aporta.  No te quedes atrás, con el paso del tiempo podrías sentirte  rezagado o auto excluirse. 

Nunca es tarde para incorporarse, tu comunidad te necesita.

5. Acata y cumple las reglamentaciones acordadas en tu comunidad.
Nunca como ahora resulta tan necesario que todos tengan una conducta adecuada. 

No molestes, no ensucies, estaciona bien tus vehículos, respeta, considera, contribuye con las medidas de seguridad. 

Si ves a tu vecino entrando o saliendo con su vehículo, quédate un minuto y cuida su entrada. El hará lo mismo por ti.

Sé parte de la solución, no de los problemas.

6. Se tolerante y evita problemas con tus vecinos.
Debemos entender los tiempos que vivimos. Los problemas generalizados amargan el carácter. Comprende y tolera a tu vecino en la medida de lo posible o razonable. No caigas en provocaciones, ni en actitudes violentas, al contrario, cuando haya la oportunidad conversa con tu vecino e intenta mejorar la relación. 

7. Trata de ayudar al vecino que ha caido en desgracia.
Muchas personas han perdido el trabajo, la salud, se encuentran sin compañía, etc. En estos casos extremos, ser solidarios y aun más, misericordiosos, es una virtud que todos debemos tener. Un problema compartido es más llevadero. Lo exigen las circunstancias.

8. Ten iniciativas que fomenten la unidad vecinal y la alegría.
La alegría y la fe deben estar siempre con nosotros. Muestra tu mejor cara. No es fácil, pero es posible y debe intentarse. Habla con tus vecinos, reúnanse para actividades lúdicas como bingos, yoga, dominó, gimnasia, etc.  Son actividades que no generan gastos y contribuyen con nuestra sanidad mental, física y espiritual.

9. Comparte.
Por ejemplo, si tienes vehículo, ofrece a tus vecinos la posibilidad de que aprovechen el horario de tu trayecto para que puedan trasladarse. Es algo que se agradece y contribuye de muy buena forma con las relaciones vecinales.

10. Conversa en familia todo lo expuesto, reflexiona e intenta aplicarlo.
Ya vendrán tiempos mejores.▪

Dr. Enrique Herrera Silla

“El cambio climático es el síntoma pero la enfermedad es el capitalismo”


Profesor de Filosofía moral en la Universidad Autónoma de Madrid, traductor, poeta, ensayista y miembro de Ecologistas en Acción, Jorge Riechmann (Madrid, 1962) desgrana un buen puñado de reflexiones incómodas sobre un modelo de vida que dirige a la humanidad hacia el despeñadero. En su libro Autoconstrucción cataloga el siglo XXI como “la era de la gran prueba” porque, según dice, “somos la primera generación que entiende perfectamente lo que está pasando con el clima y posiblemente seremos la última que pueda evitar la catástrofe hacia la que nos dirigimos”. Lo suelta a bocajarro, como un puñetazo entre los ojos. Consciente de que el pesimismo en estos tiempos de oscuridad tiene cada vez menos adeptos, Riechmann censura sin ambages la mercadotecnia del “buenismo” de la que hace gala el sistema convocando grandes cumbres climáticas en las que a muchos se les llena la boca con compromisos medioambientales y “energías verdes” pero luego estigmatizan a los movimientos ecologistas como ingenuos apestados. La realidad que dibuja es desoladora. Todo está en contra del planeta pero, frente a eso, no cabe la resignación. “Aún podemos actuar contra este modelo de producción salvaje porque no está sujeto a ninguna ley física, como lo está la naturaleza, que impida cambiarlo”. Es el mínimo espacio que este investigador apasionado deja abierto a la esperanza.
¿Tiene solución el planeta?
Pienso que sí. Lo que no tiene sentido es intentar salvarlo interviniendo sobre el consumo y dejando intacta la voraz cultura productiva. Ambas variables caminan de la mano aunque no valga sólo con esto. Por nuestro comportamiento depredador con los recursos naturales y la biosfera habría que hablar también del extractivismo y, a mi modo de ver, también del exterminismo, una noción acuñada por el historiador británico E. P. Thompson para explicar la estructura del mundo a finales del siglo pasado, cuando las dos superpotencias nucleares enfrentadas amenazaban con aniquilar cualquier rastro de vida en el planeta.
La medida referencial del éxito de un sistema es el PIB. Si crece significa que las cosas van bien y hay esperanza de una vida mejor.
Es la locura típica de una cultura denegadora como la nuestra. Digo denegar porque va más allá de ignorar lo que pasa y es no ver lo que tenemos delante de los ojos. Significa que no nos hacemos cargo de las consecuencias de seguir chocando contra los límites biofísicos de manera violenta. Nos hacen creer que vivimos en una especie de Tierra plana en la que podemos avanzar de manera infinita porque los recursos naturales son inagotables y la capacidad de absorción de la contaminación es ilimitada. Esto es una fantasía porque las leyes de la naturaleza, de la física, de la dinámica de los seres vivos nunca podremos cambiarlas, por grandes que sean nuestras ilusiones al respecto.
El calentamiento global, siendo una realidad devastadora, es sólo la manifestación de otras dinámicas que deberíamos atajar si queremos evitar el apocalipsis climático hacia el que nos dirigimos.
Pero las grandes cumbres climáticas aseguran haber empezado medidas drásticas para evitar el apocalipsis. ¿Qué credibilidad concede a sus decisiones?
El calentamiento global, siendo una realidad devastadora, es sólo la manifestación de otras dinámicas que deberíamos atajar si queremos evitar el apocalipsis climático hacia el que nos dirigimos. Nuestro principal problema ambiental es la extralimitación ecológica, el choque de las sociedades industriales contra los límites biofísicos de la Tierra. Si utilizamos la herramienta de la huella ecológica como indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana podemos observar que, en la actualidad, consumimos los recursos inexistentes de 1,5 planetas Tierra. Y eso a pesar de las carencias y desigualdades que asolan a buena parte de la humanidad. Dicho de una forma más didáctica: si quisiéramos generalizar al resto del mundo el modo de vida de los españoles necesitaríamos tener 3 planetas como la Tierra a nuestra entera disposición. Y si quisiéramos generalizar el de EEUU, que muchas veces ponemos como ejemplo de éxito, necesitaríamos 6. Es una locura que emana de esa construcción económica de tierra plana de la que hablaba antes.
Entonces, ¿qué empuja al mundo a seguir enalteciendo el crecimiento económico pese a saber que conduce a la destrucción?
El capitalismo, cuya dinámica es autoexpansiva y deniega cualquier salida alternativa. Para hacer frente al cambio climático deberíamos cuestionarnos antes los resortes básicos del capitalismo, algo que parece prohibido. Por eso digo que las cumbres mundiales sobre el calentamiento global no son realmente efectivas sino más bien ejercicios de diplomacia teatral.
¿No sirven para nada?
Confunden a la opinión pública. La prueba es que los grandes expertos en el cambio climático como James Hansen, a quien podríamos considerar el climatólogo jefe del planeta, calificó de farsa la cumbre celebrada en París. Se intenta poner un límite a las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero pero los límites son absolutamente incompatibles con el sistema productivista actual. Aunque el síntoma sea el calentamiento climático, la enfermedad se llama capitalismo.
¿Por qué el movimiento ecologista, cuya expresión política llegó a gobernar en países como Alemania, es descalificado hoy por muchos gobiernos?
Ojalá fuéramos descalificados un poco más porque así seríamos mucho más fuertes y activos. La realidad es que las descalificaciones son un indicio de una situación paradójica: aunque la percepción generalizada es que el mundo se ha comprometido en la lucha contra el cambio climático, eso no es así. Sabemos que desde los años 60 y 70 había evidencias sobre cuál era la dinámica del sistema y los límites del crecimiento pero los mismos a los que hoy se les llena la boca con la lucha contra el cambio climático decidieron poner en marcha toda una campaña global para impedir que se tomaran las decisiones correctas. Bastaría con leer un libro de Sicco Mansholt, un socialdemócrata holandés que era presidente de la CEE cuando en los años 1972 y 1973 se produjo el primer choque petrolero mundial, en el que aboga por un cambio radical en las estructuras de producción y consumo que hoy serían catalogadas como radicales y peligrosas.
Los grandes expertos en el cambio climático como James Hansen, a quien podríamos considerar el climatólogo jefe del planeta, calificó de farsa la cumbre celebrada en París.
¿Cuándo se quiebra ese proceso de sensibilización medioambiental?
En los años 80, con la fase neoliberal del capitalismo. Desde entonces, el retroceso ha sido constante pese al aumento de lo que algún experto denomina sosteni-blabla, es decir, mucho discurso, mucha cháchara, mucha propaganda y mucha estrategia de comunicación sobre energía verde. Pero la realidad vuelve a ser demoledora: la acción brilla por su ausencia y los planteamientos de fondo, incluso aquellos realizados por gente del establishment como Sicco Mansholt, son estigmatizados por rechazar el dogma del crecimiento infinito.
¿Estamos a tiempo de frenar el cambio climático?
Hemos llegado a un punto tal que lo que hace 30 años hubieran sido estrategias de cambio gradual ahora ya no están a nuestro alcance. Para hacer frente al calentamiento global necesitamos salir a toda prisa del capitalismo salvaje en el que hoy nos movemos.
¿Cree que el mundo está dispuesto a renunciar a esos principios económicos pese a conocer los riesgos?
Los cálculos teóricos realizados por investigadores canadienses sobre las opciones que resultarían de respetar los límites biofísicos de la Tierra indican que, por ejemplo, el parque móvil de un país como España, que tiene 15 millones de coches, debería ser de unos 180.000 vehículos con motor de combustión. Pero claro, eso es inaceptable en términos industriales. El caso es que, si no se acepta esta realidad, no hay lucha alguna contra el cambio climático.
¿Quiere decir que la humanidad está condenada si no renuncia al modo de vida capitalista?
Ya decía antes que las leyes de la naturaleza existen y son las que son. No podemos cambiarlas pese a la ilusión que albergamos de que una especie de tecnociencia omnipotente conseguirá derrotarlas. Donde podemos actuar, en cambio, es contra la organización de nuestro modelo de vida que no está sujeto a ninguna ley física.
¿Qué impide cambiarlo?
Que no nos creemos lo que sabemos. Si fuéramos capaces de hacerlo, tomaríamos decisiones racionales para cambiar un modelo que nos lleva a la destrucción. Para que esto se produzca nos haría falta un enorme ejercicio de reforma intelectual y moral. El problema es que nuestras sociedades están organizadas contra eso. Fatídicamente, el neoliberalismo se impuso con sus ideas aberrantes de que todo depende de los gustos y preferencias individuales, y que igualdad y libertad son dos principios contrapuestos, cuando una mínima reflexión indica que es una falacia. Necesitamos bienestar humano pero necesitamos que sea compatible con los límites biofísicos del planeta. Somos la primera generación de la historia que entiende perfectamente lo que está pasando y posiblemente seremos la última que pueda evitar la catástrofe hacia la que nos dirigimos.▪

miércoles, 12 de junio de 2019

El Segundo Israel


Quiero compartir de manera breve la visión que tengo sobre la “crisis inducida” que de manera progresiva se viene ejecutando en los estados fronterizos de Venezuela Zulia y Táchira desde hace varios años, desde que el pueblo venezolano decidió vivir en Revolución.

Mas que ponerme a recordar y reafirmar eventos que todos hemos conocido, vivido y padecido, solo quiero que busquen la historia para que conozcan cuál fue la estrategia empleada por el mundo Judío-Sionista, para apoderarse del territorio de lo que antes era Palestina y hoy constituye el Estado de Israel.

Dejenme decirle que aquella situación y la nuestra es la misma, desde el punto de vista del dominio territorial de una “zona energética estratégica”  donde hay RESERVAS DE PETROLEO Y GAS como en la cuenca del Lago de Maracaibo y el Golfo de Venezuela. Ver esto y ver a los Altos del Golán en Palestina, es lo mismo para los intereses del Estado de Israel.

Recordemos que Israel es uno de los pueblos hebreos que desde hace más de 2.000 años existen y son parte de una de las religiones monoteístas que, valiéndose del uso de la FE, han logrado influenciar y dominar el PODER fundamental del mundo Capitalista Global.

Ratifico que debemos estudiar la HISTORIA reciente y ver cómo, los JUDIOS SIONISTAS que hoy manejan la mayor parte de las corporaciones y entes financieros mundiales y mucho más, como por ejemplo la mayoria de naciones aliadas al Imperio Británico y Norteamericano; lograron arrebatarle territorio milenario a PALESTINA y apropiárselo.

Pero viendo nuestra realidad reciente, no solo Estados Unidos sino el mismo Estado de Israel en complicidad con COLOMBIA y BRASIL, está participando activamente para penetrarnos, debilitarnos, confundirnos y manejar a su antojo la economía fronteriza y local, procurando incluso, con sabotajes con la zona de Maracaibo, La Guajira, Perijá, Sur del Lago y COL, estimular una neurosis colectiva que agite y aumente el deseo de huír de la zona, para posteriormente posesionarse de vastas áreas rurales y urbanas y luego ejercer su dominacion a través de bandas de paramilitares colombianos y venezolanos, dirigidos minuciosamente desde Colombia.

Esta acción es el PREAMBULO de  mi hipótesis de que, cada día más, la ciudad de Maracaibo y pueblos aledaños se están deshabitando de manera acelerada con el propósito final de FUNDAR allí la capital de un nuevo PAÍS del que ya Chávez nos habia alertado.  Un país que abarca la Península de Paraguaná más los campos petroleros de la COL, La Cañada, Casigua El Cubo, Lago de Maracaibo, que recibirá apoyo de la inteligencia militar colombiana y además contará con el reforzamiento político y tecnológico de los territorios aliados como ARUBA Y CURACAO.

Esto que vivimos actualmente no es más que el plan en plena ejecución, con muchísimos traidores y complices enquistados dentro de la industria petrolera PDVSA; en muchísimas Instituciones aparentemente "Chavistas" y otros entes y organismos más, donde ha desaparecido la intención de dar la lucha y donde todos solo gritan al unísono: ¡SALVESE QUIEN PUEDA!

Existen chavistas de quince y último, que desconocen la profundidad del problema que tenemos y que solo podremos solucionar si existe férreamente una CONCIENCIA REVOLUCIONARIA, que comprenda que la patria está en riesgo en esta porción del territorio nacional.

Es momento de comprender que nos están arrebatando la ciudad, obligándonos a caer en esa neurosis colectiva y estimulando nuestras ansias de huir. Ese es el propósito para luego consolidar la INVASIÓN que no la va a hacer el Comando Sur con sus marines. Ya la está ejecutando con Ejercitos Privados como BlackWather, donde hay muchos ex-Navy Seals y marines, pero donde hay miembros del ejército de Israel y el Mossad que vienen a hacer un SEGUNDO ISRAEL y la capital ¿Saben ustedes cuál será? Por supuesto que la ciudad del sol amada, MARACAIBO.

Es momento de hacer vigente ese grito de guerra revolucionario de ¡RODILLA EN TIERRA! y de cumplir el mandato de Chavez de mantener la ¡Unidad… batalla… lucha y victoria…!

Despertemos de una vez por todas, dejemos de tener la mirada corta y veamos a lo lejos. Estudien la historia, compárenla y verán que estoy en lo cierto. NO ES SOLO EL IMPERIO YANQUI (Texaco - Mobil -Esso - Club Rockefeller) los que anhelan nuestro territorio. Ni solamente el imperio británico (British Petroleum).  Es eso y muchísimo más lo que pretenden los dueños del mundo, me refiero al SIONISMO GLOBAL.

En Palestina empezaron generando la estampida de campesinos y productores rurales para ir sumando tierras, una al lado de la otra. Aquí en Maracaibo, ya son dueños de Las Playitas, Las Pulgas, Curva de Molina, sabaneta, Gallo Verde, Barrio Motocrós, El Mamón, cadenas de abastos, líneas de taxis (que fungen como red de inteligencia), clínicas privadas, ferreterías, panaderías, redes de funcionarios judiciales, del Ministerio Público, policiales, militares y NADIE se ha percatado de que han armado un entramado territorial, económico, social, paramilitar, y hasta RELIGIOSO, donde el Estado venezolano y la Revolución, cada día, lucen más rodeados y hasta arrinconados.

Es hora de actuar con contundencia y hacer valer la JUSTICIA Y EL ESTADO DE DERECHO y arremeter contra los TRAIDORES COMPLICES y con todo aquel que esté violando nuestra SOBERANÍA NACIONAL.

Ójala sea analizado este artículo y sirva de estímulo para alentar la lucha revolucionaria.

De lo contrario, en un futuro no muy lejano, se convencerán de que yo tenía total razón y para entonces tendremos que ver en el Mapamundi, con despecho y resignación, ese nuevo país que yo me atreví a llamar EL SEGUNDO ISRAEL.▪

Mizael Rivas
Profesor universitario

martes, 11 de junio de 2019

Teoría de las ventanas rotas


En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el profesor Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social.

Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California.

 Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio. Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron.

En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda).

Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable,
los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California.
El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.
Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas'. Misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito.

Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), y esos mismos espacios abandonados por la gente, serán progresivamente ocupados por los delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que; ante el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno. Tan solo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer en prisión.

Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, la falta de oportunidades ha generado países con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad.

Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes...

Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.

Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de 'tolerancia cero'.

La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana. El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York.

La expresión 'tolerancia cero' suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad. No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía; de hecho, respecto de los abusos de autoridad, debe también aplicarse la tolerancia cero. No es tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.

Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.

Es bueno volver a leer esta teoría y de paso difundirla.

La solución a este problema YO NO LA TENGO, ESTIMADO LECTOR, pero he comenzado a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios de mi familia, le he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir malas palabras delante de nuestros hijos, también hemos acordado no mentir, ni siquiera mentiras pequeñas, porque no hay mentiras pequeñas, ni grandes, una mentira es una mentira y punto, hemos acordado aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad,
pero sobre todo dar una buena dosis de educación a nuestros hijos, con esto espero comenzar a cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean algún día, un Nuevo Mundo, un Mundo sin ventanas rotas.▪

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